Aquellos que hayan tenido algún problema, o alguna dificultad, y se hayan equivocado en lo que respecta al tema moral, sabrán de lo que hablo. Tras esto, podemos reaccionar de dos formas distintas, en mi opinión. Una de ellas es la violencia mental, conocida popularmente como “odio”. Esa la voy a dejar apartada, ya que no supone ningún problema de conciencia. Pasemos a mencionar la otra, la cual se basa en el arrepentimiento y el auto-aniquilamiento mental post-acción. Sí, traduciendo, hablo de ese momento en el que destrozados, pedimos perdón al/los afectados, y luego nos deploramos, deseando ser de otra forma. Ese “deseo”, es un papel en el que hay escrito “Quiero ser así…”. Pero lo que no sabemos de ese papel, es que si únicamente lo escribimos, se quema tras un par de segundos. Sí, se quema, y se olvida. Por ello quiero resaltar la dificultad de remendar un error mental, la cual, a mi parecer, es mucho mayor que la del físico. Si de verdad quieres avanzar, y de verdad “quieres ser así”, deberás luchar contra ti mismo, y superar tu anterior conciencia y dar lugar a la forja de una nueva, en los confines de la reflexión y el sosiego. Llegar ahí, te advierto, no es fácil. Te toparás con muchas dificultades. Algunas fáciles de ver, como la costumbre o la pereza, pero otras muy traicioneras y escurridizas, como por ejemplo, tú mismo. Ten mucho cuidado, y aventúrate a cumplir ese deseo, y a ser un mejor “ser”, redefinido y amoldado tras la recapacitación de tus errores. Te animo, aunque yo esté en el proceso de dicha ardua tarea. Pero no desistiré. No, no desistiremos.
Mucha suerte de nuevo, viajeros.